Durante años, el marketing digital funcionó como una autopista bien señalizada: sabías qué medir, qué optimizar y hacia dónde ibas. El GPS eran las métricas clásicas: tráfico, CTR, leads, conversiones. El motor: SEO y anuncios.
Pero en silencio, sin que la mayoría lo notara, esa autopista empezó a llenarse de desvíos. Hoy hay atajos que llevan a los clientes a su respuesta sin pasar por tu web.
Y no son atajos pequeños. Son autopistas nuevas, creadas por ChatGPT, Gemini, Perplexity, Claude… asistentes que no solo responden, sino que moldean la percepción de millones de personas. Un cliente que antes escribía “mejor software para facturación” en Google, hoy le pregunta directo a la IA. Y la IA responde con uno, dos o tres nombres. Si no estás ahí, ni existís. Y si la información que da sobre vos es errónea, es incluso peor que no aparecer.
Parece que volvimos al marketing de los 90: impresiones que no podés medir con exactitud. Antes ponías una valla publicitaria y suponías que alguien la veía. Internet nos dio métricas, dashboards y la ilusión de control absoluto. Pero ahora estamos otra vez en un terreno opaco: tu marca puede estar siendo mencionada, ignorada o malinterpretada cientos de veces al día… y vos sin enterarte.
Por eso, la métrica clave ya no es el CTR ni el tráfico orgánico. Es tu visibilidad IA:
cuántas veces la IA te cita,
cómo te describe,
y si aparecés justo en el momento en que un potencial cliente toma una decisión.
No es lo mismo que te nombren en una conversación genérica sobre “empresas de software” a que te pongan como primera opción cuando alguien pregunta “¿cuál es el mejor CRM para pymes de e-commerce?”. Ese segundo escenario es donde se gana la venta.
Un dato lo deja claro: Ahrefs analizó 300.000 palabras clave y descubrió que, cuando Google muestra un “AI Overview” en la búsqueda, el CTR promedio de los mejores resultados cae un 34,5%. La gente obtiene la respuesta ahí mismo y no baja más.
Traducción: si no estás en ese bloque, estás fuera.
Pero no alcanza con estar. Imaginá que un usuario le pregunta a la IA por “la app de meditación más efectiva para dormir mejor” y aparece tu marca… junto a la frase “con reseñas mixtas por problemas de soporte”. Eso es reputación en manos de un algoritmo.
En Fardo lo llamamos riesgo narrativo: dejar que la IA cuente tu historia sin supervisión. Y un error ahí se propaga a miles de usuarios en segundos.
El desafío es que no existe un “Google Analytics para ChatGPT”. No hay un panel oficial que te diga: “Esta semana apareciste 200 veces, con un 80% de sentimiento positivo y un 20% de percepción neutral”. Pero sí hay señales:
Frecuencia de citas: cuántas veces tu dominio aparece como fuente.
Inclusión narrativa: si tu marca entra en las historias que la IA cuenta sobre tu categoría.
Sentimiento y encuadre: cómo es el tono de esa mención.
Cuota de voz generativa: tu presencia versus competidores.
En nuestras mediciones, estar citado en una respuesta IA multiplica por 1,5 el tráfico en búsquedas informativas y por 3,2 en búsquedas transaccionales. No es un detalle: es una palanca de crecimiento real.
Entonces, ¿cómo se gana este espacio?
Primero, con autoridad temática real: contenido que la IA reconozca como referencia indiscutible. No son posts genéricos, son guías profundas, datos originales, estudios propios.
Segundo, con integración de canales: RRPP, SEO y ciencia de datos trabajando como un equipo único, alimentando a la IA con señales consistentes.
Tercero, con gestión proactiva de reputación: monitoreo constante, detección temprana y corrección rápida cuando algo se distorsiona.
Esto ya no es solo SEO. Es AEO (Answer Engine Optimization), GEO (Generative Engine Optimization) y LLMO (Large Language Model Optimization). Tres capas que decidirán quién aparece y quién desaparece de la conversación.
Y acá está el punto donde muchas marcas se equivocan: creen que tienen tiempo. Que pueden esperar a “ver qué pasa” antes de actuar. Pero en visibilidad IA, esperar es regalarle espacio a tu competencia. El que se mueve primero no solo gana presencia: define la narrativa.
En Fardo tenemos un mantra: “Hay algo hablando de vos. Y no sos vos.” Nuestra misión es asegurarnos de que esa voz diga lo correcto, en el momento correcto y en el lugar donde se decide el juego.
Porque el comercio del mañana no se busca: se responde. Y si no estás en esas respuestas, simplemente no existís.
¿Querés ver qué dice la IA de tu marca?
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P.D.: Si lo dejás para mañana, la IA ya va a estar hablando de otra cosa.